Entró de nuevo la enfermera. No traía buenas noticias, sin embargo no eran nuevas para él. Uno nota cuando el momento se acerca y, además, a su edad no se podía esperar otra cosa. No sentía pena, había vivido tanto que hacía tiempo que aceptaba el final como algo más y en lugar de miedo sentía más bien curiosidad. Tan sólo le daba lástima por su compañero. Su más viejo amigo se iba a quedar muy solo.
...y al fin terminó.
Todo fue claridad. Todo fue nuevo en ese instante. Y entonces habló la enfermera: "El primero ya está fuera y sano. Para el otro es posible que haga falta una cesárea"